martes, 26 de agosto de 2014

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Revolucionan el sistema de copiado.

Copiar, imprimir: un reto.

El Tecnológico de Monterrey continúa innovando en todos los campos que están a su alcance, como un león atacando inocentes gacelas que yacen en la pradera. En este caso, ha hecho un cambio diametral a uno de sus pilares centrales: el sistema de copiado



"Sentimos que no era lo suficientemente complicado", declaró Marceló Yegó Triunfó, encargado de la división de copiado del modelo Tec21, "Queremos que los alumnos sean expuestos a retos que pongan a prueba su capacidad día con día en su estadía en el Tec, y sacar copias no puede ser la excepción."
En un rincón del campus, las copiadoras
esperan a tu alma.
El antigüo centro de copiado ya no puede imprimir, copiar, escanear, o recibir correos. Tampoco es capaz de ayudarte con tu tarea, pasear a tu perro, hacerte comida o asistir a tu boda, entre otras cosas. El letrero pegado en el centro de copiado dejó a muchos estudiantes con preguntas como: ¿Entonces qué puedo hacer aquí?, ¿Para qué son todas esas impresoras, entonces? ¿No podríamos convertir ésta sección de la escuela en algo más útil, como una sala o un cinito? (Creemos que ésta pregunta en particular habla de poner un pequeño cine en el centro de copiado) 

Angustiados por el inevitable momento en el cual necesitáramos copias urgentes, le preguntamos a Yegó Triunfó sobre el nuevo proceso:

"Primero metes tu matrícula, empezando con la A, en la impresora que vayas a utilizar...aaaaah pero tu contraseña ya no es la del semestre pasado. Tienes que usar la contraseña de tu correo, para que se tarden y pongan atención. Luego, si te falta dinero, tienes que ir a la nueva maquinita que inventamos. Es como la maquinita pasada, pero tiene unos trucos. Por ejemplo, tu matrícula tiene que empezar con el cero, no con la A. Y no tienes que poner contraseña. Y tienes que dejar el botón apretado porque si no no funciona. Y a veces no conecta con el servidor. Luego tienes que regresar a la copiadora, y dios te libre si la necesitas por los dos lados, porque ni yo sé hacer eso. Metes tu contraseña otra vez, le picas en programa, abortar, regresar, metes tu matrícula..." 

Desgraciadamente, no pudimos escuchar el resto del proceso ya que nos quedamos dormidos, todos, al mismo tiempo. En nuestras pesadillas, soñábamos que teníamos que imprimir un ensayo cinco minutos antes de entrar a clase.