lunes, 25 de agosto de 2014

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Green Go: El surf no da tiempo de llorar

Green Go es una banda sin máscaras, en muchos sentidos de la expresión. 


Literalmente sin máscara, como estamos acostumbrados a ver en la mitología surf del rock nacional, representada por bandas como Lost Acapulco o Los Elásticos. Pero más allá de eso, la música de Ángel, Cacho, Diego y Piojo es, sin miedo a caer en el cliché de la expresión: orgánica.


Sin sintetizadores, sin la fiebre de instrumentos folklóricos, sin una pared de efectos para la guitarra, el surf sucede cuando hombres comunes y corrientes se enfrentan a la alineación clásica de instrumentos del rock sin nada más un poco de reverb y cerveza. Tocar surf en la ciudad de Toluca, la ciudad-origen de Green Go, es asumirse como un emisario de la fiesta, el sol y la sal de lugares menos grises. Transportarnos a una realidad opuesta al frío y la lluvia.

Al principio, sus rolas ni siquiera tenían nombre y  se referían a ellas con números, desde "la primera", canción que surgió bajo el principio de generación espontánea en la primera sesión de ensayo de la banda, convocada en Facebook bajo la premisa: "¿Quien quiere tocar surf?"

¿Y es que quién no quiere tocar surf?, el surf no da tiempo para sentarse a llorar, entre playas, olas y bikinis. El surf apela a la necesidad básica del ser humano de fiesta. Plagado de una iconografía de quijotescos caballeros enmascarados montados en motocicletas o autos descapotables, que nos recuerdan a esos últimos mártires del rock en los tiempos del sinte y la baladita, esos que aún hacen rock, y lo hacen bien.