El siguiente es el artículo inaugural de nuestra nueva sección de opinión, aún por ser nombrada. Pensamos en Opiniones Turquesas y en Turquiopinión o en Ovejas que opinan, pero aún no llegamos al nombre final. El artículo siguiente no contiene datos falsos ni chistes forzados. Estamos muy felices de poder darle lugar a éste tipo de escritura, donde todo se vale. Lo decimos enserio, pero de todas maneras se van a dar cuenta.
Si tienes algo que decir, te invitamos a mandarnos tu artículo o idea a laovejaturquesa@gmail.com o a través de nuestro facebook. Estaremos ansiosos de publicarte.
Dicen por ahí que tener pocos huevos quiere
decir ser un cobarde. No tener motivación para tomar riesgos, evitar cualquier
situación que nos aleje del seductor calor de nuestra zona de confort. Nos
hemos escondido detrás del escudo de las redes sociales, que son perfectas para
evitar que demos la cara. Los amores se confiesan por Whatsapp, los planes se
hacen por Facebook, el psicólogo es el Twitter. Esto ha provocado que a la hora
de resolver problemas en nuestras interacciones reales no sepamos ni que
chingados hacer. Si te acabas de dar cuenta que la vieja que te encanta te trae
de su perro faldero y no sabes como mandarla al carajo.
Si el chavo por
el que te mueres desde hace un semestre también se muere por ti, pero el miedo
a poner tus cartas sobre la mesa y el hecho de que el también esta medio buey,
los tiene perdiendo tiempo preciado. Si tienes una idea buenísima para un
proyecto pero todavía necesitas aprender unas cosillas nuevas y esto te da una
hueva impresionante. Si eres mujer y sabes que te gustan las niñas pero tu
círculo social fresón te va a abrir si se entera ¡Hola! perteneces a la
generación de los pocos huevos.
A veces tenemos
conflictos en nuestras vidas que se resuelven comprando una caguama en la
tiendita y sentándote en tu cantón con la sola compañía de un buen rap
amenizando la escena. En estos tiempos nos aterra estar solos, como si todo lo
horrible de nuestra existencia fuera a atraparnos en esos momentos. Ojalá
aprendiéramos a no ser tan duros con nosotros mismos, y dejar que toda esa
mierda surja, como alcantarilla cuando llueve, y simplemente contemplarla sin
miedo y enfrentarla. Nos hemos vuelto huevones, todo es muy difícil, nada vale
la pena, todo es en vano. Cualquier esfuerzo da flojera. Estamos en una
relación seria con el "no sé" , "no puedo" y con el
"me da pena" y le ponemos los cuernos después con el "Que
hubiera pasado".
La neta es que
siempre vamos a ser juzgados, no importa la decisión que tomemos respecto a
cualquier cosa. Pero si nadie va a morir tu muerte para qué demonios consideramos
si será bien visto o no lo que hagamos. Que importa si quedamos como ridículos
por arriesgarnos, que importa si la cagamos intentando aprender cosas nuevas,
que importa si nos quedamos solos persiguiendo una felicidad que siempre ha
estado ahí solo que no la dejamos pasar. Tenemos que empezar a abrirle la
puerta a la soledad y compartir con ella. Antes de darnos cuenta estaremos
rodeados de las personas que si aportan a nuestro crecimiento. Aprender a
jugársela nada mas por el placer de hacerlo va a ser nuestra mayor
satisfacción.
Manda a esa vieja a la fregada y veras como
llega una que aprecie tus detalles, pero no asumas que esto tendrá un efecto
instantáneo, necesitas tiempo para pensar en ti. Dile al brother ese que te
encanta y bésalo, que lo peor que te puede pasar es que te quites ese peso de
encima y ya, y si de plano no se rifa como tu esperabas, tranquila, a todos nos
pasa. Ve y aprende lo que no sabes para tu nuevo proyecto, te vas a caer
innumerable veces, pero después de ahí todo será progreso y siempre sabrás más
que al principio. Dile a tus amigos que eres homosexual, y si te abren no son
tus amigos y te aseguro que será lo mejor que te haya pasado, no necesitas esa
clase de basura en tu vida.
Chavos, aquí los
fregones somos nosotros, los que tenemos en nuestras manos las riendas de
nuestras vidas. Dejen a un lado las pinchis redes sociales aunque sea por un
rato, denle un chance al mundo que nos rodea, a toda la gente sensual e
interesante que esta por ahí y que nadie pela, a todas las estupideces que
podríamos estar haciendo y que generalmente terminan con alguien partiéndose la
madre, a todas las discusiones sobre temas irrelevantes que nos hacen alzar la
voz, a esos encuentros apasionados en lugares prohibidos, al sin fin de cosas
padrísimas que pasan cuando uno simplemente exhibe sus cartas y se expresa.
Todos estamos en la misma lucha, pasando por pedos similares, y buscar refugio
y apoyo no debe avergonzarnos. Siempre vamos a tener que lidiar con mierda,
esto es lo que nos garantiza que estamos vivos.
No seas pocos
huevos. Dale un chance al riesgo.
Estamos jodidos, pero contentos.
Cero miedo.
Sobre el Autor
Reina Calles es colaboradora de la oveja y amiga de sus fundadores. Ama los gatos, la cerveza, el rap y comer. No le gustan los niños, las injusticias y el color naranja. Habla como quiere y quiere lo que dice. Pueden contactarla a través de nuestro mail: laovejaturquesa@gmail.com