Reyes Heroles es un campo de batalla
Poco más de una semana ha pasado desde que se reanudaron las clases y ya se han presentado
varios casos de allegados a nuestra alma mater que simplemente no han podido
con tanta adrenalina en sus vidas y se colapsan, lloran, entran en shock, se
quejan del logo o se emborrachan en lunes para festejar el cumpleaños de aquel
amigo que no vieron en vacaciones. Sin embargo, hay una causa que provoca que
los corazones de los alumnos se aceleren; y no es precisamente el haberse
reencontrado con el chico, chica o ente (aquí respetamos) del que tanto están
enamorad@s, sino más bien nos referimos a las batallas encarnizadas que las eminencias
borreguiles del volante libran a eso de las 7:30 a.m. desde que Reyes Heroles
se hace de dos sentidos, hasta que los protagonistas de tan épicas luchas bajan
de su coche en el estacionamiento, provocando no siempre el mejor de los
resultados (para mayor referencia consúltese nota de campeones de
estacionismo).
Si bien es cierto que el campo de guerra en
el que se transforma la avenida durante las mañanas promueve el instinto de auto
conservación de los alumnos, al incentivarlos a hacer hasta lo imposible con
tal de no llegar tarde a la tan temida
clase de la mañana; también incide de manera negativa en la salud mental de los
mismos. Se han reportado varios casos de desubicados y desubicadas -principalmente
de nuevo ingreso- que con el afán de no tener una falta andan en los
pasillos al mas puro estilo de “voy derecho no me quito, si me pegas me
desquito”, haciendo ruiditos de coche y empujando sin pedir perdón a los
inocentes peatones que llegaron temprano a clases y que, sin deberla ni
temerla, la acaban pagando.
—rrrrrrruuuummmmmm
brrrrrruuuummmm iiiiiikkkkkhhhsssss pip pip— fueron las declaraciones de
Hermenegildo Gonzales Gonzales, uno de tantos alumnos dañados por el caos vial
que accedió a darnos una entrevista. Debemos mencionar que para saber su nombre
tuvimos que maniatarlo y sacarle la credencial de su cartera porque cuando le
preguntábamos que cómo se llamaba sólo nos decía —MTH-34-98, MTH-34-98— y nosotros así de “no mames”.
Pero como en toda historia que pinta mal
siempre hay un héroe, el de ésta no se podía hacer esperar y es que nos
enteramos de que el recién egresado de la carrera “Creación y Desarrollo de
Empresas”, Fernandito Tunis ya le había echado ojos de emprendedor a esta
desfavorable situación.
-La
idea paps, es básicamente armar un coliseo de coches tipo death race en la
avenida. Ozaaaa lo ponemos ahí en medio antes de llegar a la cabezota goeee,
cobramos entrada, la gente saca sus demonios internos ahí adentro, se cura y ¡Pum!
Millionaire, rey.- Nos dijo mientras arreglaba el rosario que se le rompió en
el antro la noche anterior.