El heroico cuerpo de guardias del tec intercede una vez más ante la muerte de uno de los alumnos diciendo, "Hoy no, cruel destino. Hoy no."
Por Ulises Lima y Arturo Belano
El día 12 de Agosto del presente
año ocurrió un incidente a la altura del tope en profesional. Según nos cuenta,
esta mañana, el ASPI en turno de controlar el flujo vehicular, Fernando
Fernández Fierro (pariente), estaba tranquilo silbando una rola de Los Ángeles
Negros (Déjeeeenmee si estoy lloraaando) mientras buscaba con esmero en su
nariz algún mocasín perdido, hasta que dieron las nueve de la mañana y el
tránsito comenzó a cargarse de coches y tuvo que centrar su atención en la
chamba.
De pronto, Fernando se percató
que a lo lejos una alumna venía corriendo directo hacia el cruce peatonal del
estacionamiento, rumbo al edificio de profesional. Se trataba de Bárbara
Paniagua Del Monte, y estaba llegando tardísimo a su clase por comprar afuerita
del campus una torta de tamal; iba comiéndosela en plena carrera (LAE)
sosteniéndola con la mano derecha y en la izquierda llevaba el atole al que a
veces le daba sorbitos, según recuerda Fernández Fierro. Pero la preocupación
de nuestro héroe se debía a que también podía ver, llegando a una velocidad
rampante de 10 km por hora, por el camino empedrado del estacionamiento, a un
jovencito de nuevo ingreso de prepa en un Ford Fiesta blanco y un jersey
amarillo. Manejaba sin prestar atención al camino porque estaba enojando ya que
le había vuelto a salir otro Rattata en el Pokémon Go.
Fernando Fernández Fierro se dio
cuenta en seguida del peligro que corría la alumna (y su empleo) y lo único que
pudo pensar fue “¡No lo haga…compa!”. Así que, según testimonios de varios
testigos que también iban tarde a clase, justo cuando la chica iba a atravesar
el paso peatonal y el prepo iba a cruzar el tope de dicho paso, nuestro heroico
ASPI hizo sonar su silbato y con un audaz movimiento levantó su mano derecha en
señal de alto. El jovencito escuchó el sonido del silbato, levantó la vista y
dijo okey maguey y se detuvo; entonces Bárbara pudo pasar por enfrente del
coche y soltó un gracias combinado con tamal y atole.
Los alumnos ponen en riesgo sus vidas por llegar temprano a clase. |